miércoles, 11 de octubre de 2017

Informe del Período 2015-2017

Dr. Fernando Ponce León, SJ

INTRODUCCIÓN

Dos años son una ocasión para hacer un balance de lo recorrido y de lo que todavía queda por caminar. ¿Qué se ha hecho en este tiempo?

En mayo ya presenté un informe de actividades sobre el año 2016 que está a disposición de todos. El actual informe viene bajo otro formato: más narrativo, buscando establecer un estado de la cuestión, mezclando lo ya alcanzado con lo que todavía está pendiente, combinando descripción de hechos con reflexiones personales.

El método que seguiré será exponer y comentar las sugerencias recibidas entre septiembre del 2015 y enero 2016. Cuando asumí el rectorado me encontré con una comunidad universitaria llena de expectativas, algunas de las cuales me fueron trasladadas por escrito bajo la forma de sugerencias para la acción. Las he leído, releído y analizado, y ahora las retomo como hilo conductor de esta exposición.

El informe que ahora presento puede ser visto como un diálogo entre la comunidad universitaria y el rector que expone, explica y todavía sueña. Hace dos años no tuve ni el tiempo ni la delicadeza de responder a todos los que me escribieron y felicitaron, de modo que ahora espero ponerme al día y dejar las puertas abiertas para este diálogo que debe continuar bajo las formas que se vean como necesarias y posibles.

Es importante aclarar que me referiré solo a dos años del trabajo de la PUCE, de los que puedo dar testimonio. Pero la universidad no empezó su transformación con mi gestión ni con el equipo actual. Estoy plenamente consciente que estamos hoy cosechando el trabajo de quienes nos precedieron, beneficiándonos hoy de mucho esfuerzo y dedicación de años anteriores. Igualmente estamos poniendo en marcha procesos cuyos resultados se verán mucho después. Gracias a los gigantes que nos precedieron en cuyos hombros hoy nos paramos.

1.- DIRECCIÓN ESTRATÉGICA

Un primer grupo de sugerencias se refieren a la dirección estratégica de la universidad. Una de ellas, quizás la más representativa, pide emprender una reforma estructural que privilegie lo académico sobre lo administrativo. Esta preocupación tiene estrecha relación con uno de nuestros objetivos estratégicos: “Mejorar la gestión institucional asegurando la calidad y mejora continua”, aunque tiene más aristas de lo que puede evocar este objetivo.

Quiero decir que hemos dado importantes pasos en esta dirección. En primer lugar, la PUCE aprobó su modelo educativo el 6 de marzo del presente año, luego de varios intentos que datan de comienzos del 2015 realizados por tres diferentes equipos de trabajo. Este modelo pretende ser integral y contiene tres grandes propuestas que se corresponden con las tres funciones sustantivas de la universidad.

En segundo lugar, desde el 14 de febrero 2017 contamos con una propuesta de restructuración académica que nos invita a repensarnos institucionalmente según departamentos. Este trabajo es el fruto del esfuerzo de la comisión Nueva Universidad que empezó a trabajar en noviembre 2015. Si a esta propuesta añadimos el Plan Estratégico 2016-2020 y un mapa de procesos elaborado por la Dirección de Aseguramiento de la Calidad, que data de febrero del presente año, poseemos ya tres importantes “hipótesis de trabajo”, como llamo a estos documentos. No son los únicos supuestos con los que trabajamos actualmente, pero sí los más representativos de nuestro compromiso por responder a esta sugerencia que pide adecuar los medios administrativos con el fin académico que nos alienta.

En tercer lugar, la respuesta más concreta a esta sugerencia es el proyecto llamado PUCE MÁS, del cual todos seguramente hemos oído hablar. Este proyecto busca, en pocas palabras, ser más eficientes y organizados para servir mejor a nuestra comunidad universitaria y al país. De este proyecto se hablará en la segunda parte de este evento.

Otra sugerencia muy relacionada con la dirección estratégica de la universidad es la relativa al manejo de la información. Al momento la información está centralizada en la Coordinación de Información y Estadísticas, de la Dirección de Aseguramiento de la Calidad.  Esta dirección, establecida en enero 2016, creó el sistema de información Ignatius, que recoge las variables requeridas por los organismos externos de control. Cubre información general sobre docentes, estudiantes, administrativos, la investigación, la vinculación, y la institución. Además de este sistema hay que mencionar el uso de Project Online para el seguimiento de los avances del Plan Estratégico, un aplicativo alimentado periódicamente por los responsables de los planes y proyectos. El mismo plan estratégico 2016 – 2020 y su metodología unificada para la implementación de planes operativos, junto con la creación de Oficinas de Aseguramiento de la Calidad en las otras sedes, articuladas a la DAC, muestran cuánto nos interesa la gestión de la información para el desarrollo de la universidad.

Sin duda el sistema Ignatius debe todavía perfeccionarse, e incluir más variables y datos, pero ya es una herramienta que nos garantiza la coherencia entre la información que entregamos al Estado y la sociedad y la que utilizamos internamente para efectos de gestión.

Dentro de este paquete de sugerencias de carácter estratégico cabe mencionar tres más referidas al posicionamiento y reconocimiento de la Universidad en ámbitos externos. Mejorar la promoción y publicidad de la PUCE era una de las necesidades más sentidas hace dos años. Puede ser que todavía falte mucho en este campo; sin embargo, la renovación de la imagen institucional y la contratación de la agencia de publicidad MullenLowe Delta Ecuador, en enero de 2017 nos han valido una presencia más fresca y positiva en la opinión pública, a juzgar por algunas reacciones favorables.

Pero el posicionamiento que queremos no es solo el que se consigue con una buena estrategia de imagen. De hecho, esto es menos importante que los logros mismos que quisiéramos dar a conocer. Están por ejemplo algunas acreditaciones internacionales que contribuyen al Oe4, que es “reposicionar el prestigio de la PUCE como una universidad de excelencia a nivel nacional e internacional”. En un trabajo conjunto entre la Coordinación de Evaluación y Acreditación, de la DAC, y algunas unidades académicas se ha conseguido en el presente año la certificación internacional de Ecoturismo y Gestión Hotelera (Certificación TEDQUAL), mientras continua el proceso para la certificación internacional de administración de Empresas, Contablilidad y Auditoría (CACECA México) y Biología (QUALITAS Chile).

Un hecho importante para el reconocimiento externo de la PUCE es su participación en los debates universitarios actuales. Hay que ser modestos en este punto, porque participar no es lo mismo que influir, y en asuntos políticos hemos tenido más de lo primero y no sabemos cuánto de lo segundo. De todas formas, es bueno saber que la PUCE es vista como la representante y líder de las ocho universidades que recibimos fondos estatales para becas. Esto nos ha permitido suscitar en este grupo diálogos sobre la reforma a la LOES y sobre el nuevo modelo de evaluación y acreditación institucional, diálogos que culminaron en sendas propuestas acuerdo que ya fueron transmitidas a las respectivas autoridades. Por otra parte, actualmente la PUCE asiste a reuniones semanales en la comisión de educación de la Asamblea Nacional, los lunes con las universidades públicas, para tratar la reforma estructural al financiamiento de la educación superior, y los miércoles con las universidades particulares, para asuntos de común interés. Se nos sugirió que nos involucráramos en la mejora de la legislación universitaria y lo estamos haciendo con muchas ganas y no menos paciencia. Recordemos que en julio de este año albergamos el encuentro de las 60 universidades del país con la SENESCYT y otros organismos donde se identificaron los principales nudos críticos que hoy animan el debate universitario.

2.- DOCENCIA

Así como la reforma estructural es la sugerencia más representativa de carácter estratégico, el rediseño de las carreras y la creación de nuevas ofertas expresan las expectativas académicas más apremiantes.

Las sugerencias en este ámbito se relacionan con nuestro Oe 1, que consiste en “innovar e incrementar la oferta académica de grado y posgrado”. A la fecha, de los 77 proyectos de carreras de toda la PUCE, el CES ha aprobado 43, autorizado 3 a funcionar, y continúa analizando 29.  Solo dos están todavía en nuestras unidades académicas, antes del trámite interno. Por otro lado, de los 24 proyectos de posgrado elaborados, solo 7 están aprobados por el CES y uno está siendo revisado por sus técnicos. Los restantes 16 se encuentran en alguna etapa de estudio o aprobación interna. En este conteo no se toman en consideración los 15 posgrados de medicina, actualmente en curso hasta el 2019.

Hay que notar que la elaboración de posgrados nos ha enseñado algo de humildad. Para febrero de este año se reportaban 99 proyectos en algún estado de elaboración o de imaginación, de los cuales 65 correspondían a Quito. El que solo 21 se hayan finalmente concretado nos demuestra que la universidad necesita mucho más que buenas ideas, las cuales nunca faltan.

La academia es algo que apasiona y preocupa a académicos, como es natural. Por esto las sugerencias de hace dos años no se referían únicamente a un incremento en el número de ofertas académicas, como acabo de explicar.  Trataban también sobre mejoras cualitativas en el modo de hacer docencia. Crear maestrías interdisciplinares, crear mecanismos de interacción entre facultades para fomentar la interdisciplinariedad, permitir que graduados de cualquier campo hagan maestría en otros campos, crear programas de doble titulación, especialmente en AUSJAL, hacer que las mallas de las carreras culminen en maestrías, ofrecer más carreras y programas en modalidad virtual, sean semi-presenciales o a distancia, crear algunas asignaturas virtuales en las carreras presenciales, son algunas de estas sugerencias.

El balance hoy es matizado. El impulso que se ha dado a la interdisciplinariedad se puede ver en tres avances. Primero, en la creación de asignaturas comunes y asignaturas de objetivo común. Las primeras son seis asignaturas que se impartirán por igual a todos los estudiantes que ingresen en la Universidad a partir de abril 2018. Están diseñadas de tal forma que estudiantes de diversas carreras coincidan en las mismas aulas y aborden de modo interdisciplinar la Comunicación oral y escrita, las Tecnologías de la información y de la comunicación, los Fundamentos de la Investigación, los Contextos e Interculturalidad, Jesucristo y la Persona de Hoy y la Ética Personal y Socioambiental.

Las asignaturas de objetivo común, por su lado, son cuatro asignaturas que concuerdan en el objetivo de aprendizaje, pero conservan algunas diferencias explicables por las particularidades de la carrera. Por ejemplo, la lectura y escritura académica persigue el mismo fin en las carreras que la incorporan, pero con adaptaciones propias al campo disciplinar en cuestión, y lo mismo puede decirse de la Filosofía de la disciplina o campo disciplinar particular, del Diseño y evaluación de proyectos y de la Deontología profesional y legislación.

Un segundo avance que contribuirá sin duda a la formación interdisciplinar de nuestros estudiantes es el diseño de los itinerarios en todas las carreras nuevas o rediseñadas. Cada una de ellas tiene dos o tres itinerarios que podrán ser ofrecidos a estudiantes de otras carreras a fin de permitirles completar su formación integral con enfoques distintos a los de sus propias carreras o campos de estudio. Sin embargo, el desafío logístico para implementar las materias comunes y los itinerarios comunes es grande. Deberemos hacer un esfuerzo hasta ahora no visto en la universidad para optimizar aulas, optimizar el tiempo de los docentes y crear franjas de horarios para estas asignaturas e itinerarios, a semejanza de lo que sucede con la enseñanza de los idiomas.

Hay una sugerencia que siempre me ha llamado la atención por lo sencilla y convincente que resulta: organizar los horarios en función de los estudiantes. Me temo que el hacerlo a partir del próximo semestre despertará alguna resistencia entre nosotros, pero no por esto la Universidad renunciará a innovaciones que hoy son sumamente necesarias para responder a los nuevos tiempos.
También fomentamos la interdisciplinariedad con en el primer posgrado diseñado con estas características: la maestría en bioética, preparada por la facultad de medicina y filosofía y teología, actualmente en análisis en el CES.

Sin embargo, tenemos todavía algunos asuntos en los que avanzar, como el ofrecer más formaciones interdisciplinares, pues una es muy poco, el desarrollo de programas de doble titulación, especialmente en el espacio de la AUSJAL,  un incremento significativo de la educación virtual, la virtualización de algunas asignaturas en la educación presencial, efectivas oportunidades de movilidad estudiantil nacional e internacional que beneficien al mayor número posible de estudiantes, por mencionar solo algunos desafíos pendientes.

3.- INVESTIGACIÓN

En cuanto a la investigación, la principal y más englobante sugerencia es el hacer de esta actividad el sustento de programas y carreras. Esta sugerencia está directamente relacionada con nuestro Oe 6, que es “promover la investigación y producción científica, con un enfoque innovador, para el desarrollo del conocimiento y la resolución de problemas globales y locales”.

El Consejo Superior entendió bien esta responsabilidad que, sin exageración, podemos llamar histórica. En su sesión del 8 de mayo del presente año, El Consejo aprobó doce conjuntos de políticas, precedidas por dos llamadas de orientación general, la primera de las cuales dice lo siguiente: “la PUCE propenderá a ser una universidad de docencia con investigación que concede igual importancia a la vinculación con la colectividad. La investigación es el pilar del fortalecimiento de la docencia, el crecimiento institucional y la vinculación con la colectividad”.

Esta política apenas ha sido notada por la comunidad y sin embargo es de gran trascendencia para el futuro de la PUCE. Significa, ante todo, identificar un nuevo norte académico para nuestra institución. En los hechos, han sido las carreras de grado las que han marcado el ritmo de nuestro desarrollo. Luego han venido los posgrados, que han sido como extensiones de las carreras, y finalmente hemos dejado algún lugar a la investigación, como una actividad opcional y reservada a pocos. Por diversas razones entendibles en su momento, nos constituimos como una universidad sobre todo profesionalizante. Ahora los tiempos nos piden dar la vuelta a estas prioridades. A la cabeza del tren irá ahora la generación de conocimiento. A ella se engancharán los posgrados de investigación y profesionalizantes, y finalmente las carreras de grado.

Para esta revalorización del lugar de la investigación en nuestra universidad ayudará muchísimo el haber consensuado en las seis sedes los dominios académicos y líneas de investigación. Por otra parte, reposicionar la investigación supone algunas medidas para que no quede en mera declaración. La primera y más fundamental es la estructura académico administrativa que conviene a este tipo de universidad. Los especialistas nos dicen que una estructura en torno a campos de conocimientos, llámense departamentos u otra cosa, es la más adecuada, a diferencia de una estructura con base en profesiones, como es la actual organización por facultades.

Pero la dificultad mayor se encuentra en su costo: una universidad centrada en la investigación cuesta más que aquella que enfatiza la docencia de grado y posgrado. ¿Quién paga las silenciosas y no siempre productivas horas del investigador? Que los aranceles de los estudiantes cubran los gastos de la docencia de la cual se benefician directamente, es lo correcto, pero ¿la investigación de los docentes? Si decimos que la Universidad debe hacerlo, ¿de dónde obtendrá los recursos necesarios si todavía no hemos descubierto la piedra filosofal que transforma el plomo en oro? Las cuestiones de sostenibilidad son quizás las más críticas a la hora de optar por la investigación, porque de su conveniencia en sí misma nadie duda. Por esta razón no hemos respondido con la celeridad esperada a sugerencias tales como identificar a los mejores investigadores y asignarles suficiente tiempo para la investigación, crear laboratorios o centros de investigación interdisciplinares, o publicar las mejores tesis de estudiantes, con sus tutores, a fin de aumentar la producción científica.

4.- VINCULACIÓN

No recibí muchas sugerencias sobre vinculación con la colectividad, pero sí una de mucho valor que dice lo siguiente: “Considerar a la vinculación como estrategia para la docencia y para la investigación, no como función aparte”. Su valor consiste en que propone un camino para implementar una segunda sugerencia, que de hecho se recoge en el lineamiento “impacto social” de nuestro Plan Estratégico: “Aumentar el impacto de la PUCE en la mejora de la calidad de vida de las personas y comunidades”.

El impacto social que buscamos, el propósito transformador de nuestro quehacer, se consigue a partir de lo que somos: una comunidad comprometida con la investigación y la docencia. Por esto, no debemos entender las tres funciones sustantivas de la universidad como si fueran tres campos de acción autónomos y de igual naturaleza. Ya se dijo que la PUCE está reconstituyéndose como una universidad donde la investigación determinará en buena medida la docencia; es decir como una institución que investiga, enseña lo que investiga y enseña a investigar, para decirlo de manera bastante sintética y sin disminuir de ninguna manera la formación profesional que necesitan nuestros estudiantes y el país.

En este sentido, la vinculación con la colectividad es en nuestro modo de hacer investigación y docencia. No es una actividad distinta que deba expresarse en un conjunto aparte de programas de “intervención social”, o de “acción humanitaria”, como suele decirse. Nuestra manera de servir al país consiste en realizar investigación y docencia asumiendo que pertenecemos a un contexto humano y ambiental concreto, condicionado por estructuras sociales injustas, pero también capaz de emancipación y crecimiento humano.

Es verdad que siempre habrá necesidad de acciones humanitarias como expresión de la solidaridad personal e institucional ante el sufrimiento humano, y siempre fomentaremos la divulgación de los conocimientos, los eventos académicos y la acción social directa como la vía corta de nuestro compromiso social. Recordemos con orgullo que la PUCE ha recibido dos premios de la SENESCYT por sus logros en vinculación de los años 2015 y 2016. Recordemos también que hace un año fuimos sede paralela del encuentro Habitat III. No obstante, por ser pontificia, católica y ecuatoriana esta universidad inscribe el servicio a la sociedad en el corazón mismo de su misión académica, no lo considera un entretenimiento ocasional para las horas huecas ni mucho menos un mero requisito para la acreditación institucional.

5.- AMBIENTE Y COMUNIDAD UNIVERSITARIA

Esta sección recibió no pocas sugerencias, de muy diverso calibre. Van desde las que piden un restaurante para los profesores hasta las que solicitan que se desarrolle en la comunidad una sana actitud de autocrítica. En lugar de responder una a una, y sabiendo que en este campo es difícil elegir una que podamos llamar emblemática, me referiré a algunos avances y a ciertos desafíos todavía por enfrentar.

La PUCE cuenta desde febrero de este año con un reglamento de personal docente y escalafón que ofrece mejores garantías para la actividad académica. Debo reconocer que todavía estamos trabajando en lo correspondiente para el personal administrativo y de servicios, quienes tienen todo el derecho de visualizar las oportunidades de ascenso y promoción que les ofrece la universidad.

Otro logro digno de destacar es la creación de comités de ética en todas las sedes. Por lo que conozco de nuestra sede Matriz, el comité de ética recibe y procesa una gran cantidad de asuntos, lo cual no debería verse como un repentino incremento de dificultades internas sino como una prueba de la necesidad que teníamos de un espacio para abordar asuntos delicados que contradicen nuestros valores. Recordemos que a esta sede concurrimos diariamente un estimado de 17.000 personas, lo que nos convierte en un pequeño pueblo – como San Miguel de los Bancos – donde lamentablemente ocurren incidentes que debemos atender.

En este punto es bueno saber también que desde hace algunos meses venimos trabajando en la elaboración de un protocolo para enfrentar los problemas de violencia que aquejan a la comunidad, empezando por la violencia de género, pero con la intención de incluir finalmente todos sus aspectos preocupantes. Por razones metodológicas hemos empezado colaborando con los estudiantes, la población más numerosa de nuestra comunidad, e involucrando en esta construcción a la mesa de género, las facultades de jurisprudencia y sicología y sus respectivos consultorio jurídico y centro de sicología aplicada, el comité de ética, y las direcciones de vinculación, pastoral y salud ocupacional. En un segundo momento pediremos la ayuda de las asociaciones de docentes y de trabajadores a fin de presentar un primer resultado el 25 de noviembre, día de la violencia contra la mujer.

Otro avance en este ámbito es el buzón de sugerencias, inconformidades y felicitaciones, que opera desde el 24 de marzo de este año. Esperamos que así como las autoridades permanecemos atentos a lo que pueda decirnos este buzón, la comunidad entera recurra a él como canal privilegiado para comunicarnos lo que a su juicio va o no va en la universidad.

6.- ESTUDIANTES

Hace dos años algunas sugerencias se refirieron también a los estudiantes, incluyendo los jóvenes que se interesan por nuestra universidad.

Se nos pidió, con mucha razón, ser más creativos a la hora atraer a jóvenes a nuestro proyecto educativo, algo que tiene también su correlato en nuestro plan estratégico. Flexibilizar las fechas de inscripciones, recurrir a la tecnología para los exámenes de ingreso, ofrecer más plazas en los cursos de nivelación son algunas de las sugerencias que ya están implementadas. En los últimos meses hemos mejorado notablemente estos procesos al punto que ahora mismo el curso de nivelación cuenta con más de 500 estudiantes y, lo que es más importante, su aprobación equivale a la aprobación del examen de ingreso, gracias a una reforma del reglamento de estudiantes. Hay que reconocer, sin embargo, que todavía está pendiente el conseguir convenios con colegios reconocidos de modo que sus mejores estudiantes reciban incentivos interesantes para ingresar a nuestra universidad.

La situación económica de estudiantes actuales y futuros es algo que preocupaba y sigue preocupando a nuestra comunidad porque afecta su ingreso o permanencia en nuestras aulas. Debemos recordar que la sede Matriz congeló los aranceles desde el segundo semestre del año lectivo 2015 – 2016, hasta el segundo semestre del año lectivo 2017 – 2018. Por cinco semestres el valor de los aranceles se mantiene igual en la sede Matriz a pesar que las normas del CES nos facultan a incrementarlos según el porcentaje de la inflación. Aún más, estamos buscando por todos los medios posibles optimizar la programación académica y las demás operaciones para reducir los costos de las carreras, y con ello los aranceles, sin afectar la calidad de la enseñanza. Todos los esfuerzos administrativo-financieros, que no siempre son entendidos ni apreciados por docentes e investigadores, se resumen en esta máxima: ser más eficientes para ser más incluyentes.

Es natural que se piense en las becas como una forma de reducir las barreras de ingreso, y así lo muestran otras sugerencias y nuestra continua reflexión sobre el tema. Obviamente, desearíamos incrementar el monto de las becas que actualmente ofrecemos y crear muchas más. Sin embargo, la simple verdad es esta: de alguna manera tienen que pagarse los estudios de los estudiantes becados. De algún lugar tiene que salir el financiamiento para cubrir los beneficios que reciben quienes con justa razón los merecen.

Para responder a esta cuestión estamos trabajando en varios frentes. Primero, en atención a un pedido del Consejo Superior, estamos conformando un fondo de becas que se alimentará de dos maneras: con aportes privados, como, por ejemplo, la hacienda de caña de azúcar que tan generosamente nos donó la señora María Batallas en el año 2016, y con los rendimientos que generen nuestros centros de vinculación con la colectividad, allí donde las prácticas pre-profesionales no sean su principal objetivo. Me refiero al laboratorio de suelos, el CESAQ, el Diserlab y otras iniciativas igualmente reconocidas por su profesionalismo.

El segundo camino que hemos tomado para mejorar el financiamiento de las becas es la reorganización de nuestro actual sistema de beneficios. La reforma del reglamento de estudiantes en junio de este año permite que hablemos de cinco categorías de becas: Socio-económicas, De inclusión, Académicas, De desarrollo integral e Institucionales. Hasta ahora hemos estandarizado los porcentajes de descuento en todos los casos excepto en la llamada beca laboral, que pertenece a la categoría de becas institucionales. Bien sabemos que éste es un asunto sobre el cual todavía queda mucho por hablar y acordar entre autoridades, docentes y trabajadores.

7.- SOSTENIBILIDAD Y AGILIDAD

Nuestro proyecto educativo requiere medidas urgentes y creativas para garantizar su sostenibilidad. De esto tenemos plena conciencia a tal punto que la sostenibilidad y la agilidad son dos lineamientos generales del Plan Estratégico que garantizan respectivamente las condiciones materiales y culturales de la continuación y expansión de nuestro proyecto. Las ideas sugeridas en este ámbito abundan, pero solo evocaré un par de puntos dada la imposibilidad de referirme a todas ellas.

El Consejo Superior aprobó el 15 de diciembre del 2015, apenas iniciado mi período, una serie de medidas de sostenibilidad que nos hemos esforzado en cumplir. Nos pidió una gestión más eficiente de los aspirantes, la puesta en marcha de cursos de nivelación “en su máxima capacidad”, el aumento de cursos abiertos, su estandarización y reglamentación, y una serie de medidas laborales a fin de reducir los costos sin afectar los derechos de nuestros colaboradores, además de otras decisiones igualmente importantes. No pudimos implementar a cabalidad todas estas medidas en el año 2016, como se pensó en un inicio, pero ninguna de ellas ha sido desatendida desde entonces. En ocasiones recibimos buenas noticias como el saber que en el primer año de gestión, al cierre de los Estados Financieros, logramos reducir el déficit en un 80% como resultado de la correcta aplicación de políticas y regulaciones.

Lo importante es que las autoridades continuamos trabajando con plena conciencia del contexto económico difícil que afecta a nuestros colaboradores y estudiantes. Tengan la seguridad que actuamos con realismo pero también con sensibilidad ante las necesidades de nuestra comunidad.

En este punto es bueno caer en la cuenta que hasta el 2015 la sede matriz Quito y las otras Sedes funcionábamos prácticamente como seis universidades autónomas. Gracias a la común voluntad de los prorrectores y prorrectoras empezamos un proceso nada fácil de articulación como un solo sistema que, aunque tomará todavía algunos años, nos está dando un nuevo sentido de común identidad y misión. Una muestra alentadora de esta articulación es el hecho que por primera vez en la vida de la PUCE los Estados Financieros de los años 2015 y 2016 fueron consolidados y auditados por una reconocida empresa internacional, ejemplo que estamos replicando en otros aspectos como el presupuestario, la gestión de información, la elaboración de política y reglamentos, etc.

Así como la sostenibilidad nos pone a pensar, también lo hace la agilidad que necesitamos imprimir a las operaciones y al servicio que prestamos. Hoy somos una somos una comunidad de aproximadamente 28.000 personas en ocho ciudades del país, que experimenta un acelerado proceso de reorganización académica, administrativa y sistémica, si cabe el término. En cierta revista empresarial descubrí que la PUCE es considerada el 35º empleador privado del país, por el número de sus colaboradores. Todo esto nos requiere organización y disciplina y sobre todo que nos dotemos de herramientas tecnológicas a la altura de nuestras ambiciones. Mientras más alto queramos llegar, mientras más influyentes queramos ser, mejor afinados deben estar nuestros instrumentos de trabajo. Por esto, el principal esfuerzo para conseguir la agilidad, y con seguridad el más osado en muchos años, es la reorganización de nuestros procesos clave y el cambio de plataforma informática, un proyecto que hemos convenido en llamar PUCE MAS. Sobre esto hablaremos a continuación, de modo que no diré más al respecto.

CONCLUSIÓN

He procurado presentar el estado de la universidad tal como lo percibo al cabo de dos años en mi actual responsabilidad. Han aparecido algunos logros, otros temas todavía pendientes y no pocos desafíos para el futuro. Como método de exposición he recurrido a las sugerencias que recibí hace dos años, pero exponiéndolas y comentándolas libremente.

He rehuido las cifras, pero ahora mencionaré unas pocas. Según mis cálculos y sistematización recibí 69 sugerencias relativas a los 7 ámbitos abordados en mi exposición. Puedo decir que 52 de ellas han sido atendidas y 17 todavía están pendientes; es decir el 75% de lo sugerido ha sido y es objeto de nuestro trabajo diario hasta la fecha.

Por otra parte, los nueve objetivos del plan estratégico coinciden con lo que las sugerencias piden que atendamos. Esto significa que la comunidad descubre prácticamente los mismos desafíos cuando piensa espontáneamente que cuando reflexiona sistemática y programáticamente. Llegamos a las mismas conclusiones cuando hablan los que quieren que cuando hablan los que deben, y esto me reconforta y hace ver que existe una buena sintonía en el modo como percibimos, desde ángulos diferentes, lo que somos, hacemos y queremos llegar a ser.
En mi informe de mayo señalé seis retos institucionales que son a la vez compromisos, y que no voy a repetir ahora. Estoy convencido
que tenemos hoy todos los recursos humanos y materiales para cumplirlos y proyectarnos todavía más allá, aunque nos tome tiempo y esfuerzo. Todo depende del carácter que con el que sepamos marcar lo que diariamente pensamos y hacemos.

Cuenta una historia que en un pueblo europeo medieval un hombre se paseaba tranquilamente entre obreros. Al primero que vio le pregunto: ¿qué estás haciendo? Este respondió: tallando una piedra. Al segundo que encontró le preguntó también: ¿qué estás haciendo? Éste contestó: ganándome la vida. Al tercero y último también le preguntó: ¿qué estás haciendo? Este obrero respondió: estoy construyendo una catedral. Les dejo que concluyan.